Hambre de dignidad en Catalunya


No es sencillo hablar de dignidad desde el trono privilegiado del mundo en el que vivimos. Tú dices siempre que la dignidad debe ser un higiénico, es lo que tenemos para no permitir, para no convertirnos en personajes desenfocados, como el protagonista de Woody Allen en “Desmontando a Harry”. Son muchos los motivos por los que se presenta esa dignidad. Algunos los conocemos, son públicos, otros no los podemos ni contar, pero ahí está, sigilosa, diciéndonos ¡basta ya!, no hay otra vía, aunque haya cadáveres por el camino. 

La dignidad casi siempre sale a trabajar con su amiga “la determinación”. Y así es como, la dignidad de una mano, y la determinación de la otra, te llevan a la absoluta decisión personal, (a veces colectiva), de que una situación no debe seguir, que no hay que aguantar más. Y no hay que confundir orgullo con dignidad. Ni cabreo con determinación. El proceso de convencimiento a veces es largo y generalmente difícil de reconocer. Otras, simplemente arranca desde dentro como un huracán, sin contemplaciones, cuando no hay más salidas.

Hoy quiero hablarte de la determinación de los presos políticos catalanes para comenzar su huelga de hambre, un camino sin retorno a una situación insostenible, el único modo de luchar contra una Justicia corrupta y arcaica. Es curioso, en gran parte del mundo comer a diario es lo que otorga la dosis de dignidad necesaria para sobrevivir. En el nuestro, dejar de comer es la única salida personal y colectiva que ellos han encontrado para que el mundo entienda. Es la inconsistencia del sistema, es la inutilidad de las instituciones, es el analfabetismo político, es el cansancio que supone que buena parte de los ciudadanos del Estado Español no sean capaces de ver esta injusticia. Es el hambre de dignidad, no es la dignidad del hambre.

Arriesgar la vida es lo máximo que se puede hacer por dignidad señores. No debemos aceptar que este proceso judicial siga por este camino, no debemos permitir que los medios sigan desinformando, incluso riéndose de algo tan serio, ni que algunos partidos que se rompían la garganta por la dignidad de los pueblos no planten su bandera de solidaridad con ellos, ahora, cuando lo necesitan de verdad.

Los abogados de los políticos han anunciado esta semana que estudian acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Consideran que este proceso judicial supone una gran vulneración de los derechos fundamentales, entre ellos “el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a la libertad, el derecho de representación política, y el derecho a un proceso judicial con todas las garantías", según han escrito ellos mismos en una carta.

Además, denuncian el bloqueo del Tribunal Constitucional que les impide acceder a la Justicia Europea. "Lo hace mediante dilaciones indebidas en la resolución de nuestros recursos de amparo. El primer recurso de amparo presentado en el Tribunal Constitucional es del 22 de noviembre de 2017. A 1 de diciembre de 2018, 370 días después, el Constitucional español no había dado respuesta a ninguno de nuestros recursos".*

Esto pasaba esta semana, y mientras, los medios decidían que es más importante conocer los juguetes que antes se agotarán estas navidades.

*La doctrina del TC establece un periodo máximo de 30 días para resolver recursos contra órdenes de prisión provisional.


El Necio. Silvio Rodríguez

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